Los Matsés
La tribu Matsés: Guerreros del Amazonas y maestros de la curación sagrada
Los Matsés, también conocidos como Mayoruna, habitan la región fronteriza entre Brasil y Perú. Sus comunidades están situadas a lo largo de la cuenca del río Javari, en el extremo occidental de la Amazonia brasileña. En Brasil, viven en el Territorio Indígena (TI) Vale do Javari junto con otros pueblos de las familias lingüísticas pano y katukina. Las guerras emprendidas por los matsés en el siglo pasado y la consiguiente incorporación de cautivos de otros grupos indígenas hicieron que se convirtieran en el mayor de los pueblos pano del norte.
Oculta en las remotas tierras fronterizas de Perú y Brasil, la tribu Matsés ha salvaguardado ferozmente su independencia y sus tradiciones a pesar de las crecientes presiones del mundo moderno. Reconocidos por su profunda conexión con la naturaleza, sus amplios conocimientos de medicinas sagradas como el Kambo y su vibrante patrimonio cultural, los Matsés son una parte vital del rico tapiz del Amazonas y una reserva de sabiduría ancestral.

La patria de los Matsés

Los Matsés viven en una de las regiones más aisladas y vírgenes de la Amazonia, a caballo entre el norte de Perú y el oeste de Brasil. Sus tierras ancestrales se extienden a lo largo del río Javari y sus afluentes, una zona de extraordinaria biodiversidad. Este territorio forma parte del Territorio Indígena Vale do Javari, donde viven numerosas tribus, algunas de las cuales aún no han sido contactadas.
Sus aldeas son pequeñas y dispersas, a menudo situadas a orillas de los ríos. Las casas están construidas con materiales naturales como hojas de palmera, bambú y madera, y se integran perfectamente en el paisaje forestal. La lejanía de la región actúa como escudo y amortiguador, ayudando a los Matsés a mantener sus formas de vida tradicionales. Siguen practicando la caza, la pesca y la búsqueda de alimentos, al tiempo que mantienen una conexión espiritual con el bosque y sus plantas medicinales.
Los Matsés: La "gente gato" del Amazonas
Los Matsés son conocidos como la "Gente Gato" debido a sus característicos tatuajes faciales, que se asemejan mucho a los bigotes del jaguar. Estos tatuajes simbolizan su vínculo espiritual con el jaguar, un animal venerado por su fuerza, agilidad y astucia. Los diseños tienen un profundo significado, ya que representan su papel como protectores de la selva y encarnan los rasgos del jaguar.

Espiritualidad y bosque sagrado
Para los Matsés, la selva es un reino sagrado y consciente, rebosante de espíritus que exigen respeto y cuidado. Su espiritualidad está profundamente ligada a la selva, donde cada planta, animal y fenómeno natural tiene un significado espiritual. Como administradores de este ecosistema, los Matsés ven su relación con la selva como una relación de cuidado y reverencia mutuos.
Sueños, visiones y prácticas espirituales guían sus decisiones, sobre todo en la caza y el uso de plantas medicinales. El chamanismo ocupa un lugar central en su sociedad, y los chamanes actúan como curanderos, guías espirituales y custodios de conocimientos ancestrales. Estos curanderos poseen amplios conocimientos sobre la flora y la fauna de la selva y los utilizan para curar dolencias físicas y tratar desequilibrios espirituales.

Entre las medicinas sagradas utilizadas por los Matsés se encuentra el Kambo, un poderoso remedio derivado de la secreción de la rana mono gigante (Phyllomedusa bicolor,). El kambo ha adquirido un gran reconocimiento por sus propiedades desintoxicantes en ceremonias de limpieza y curación, lo que ha dado a conocer la medicina tradicional de los Matsés en todo el mundo.
Defenderse por ser atacado
Históricamente, los matsés eran guerreros feroces, expertos en defender su territorio de los invasores. Durante muchos años evitaron el contacto con forasteros, como caucheros y misioneros, y utilizaron su profundo conocimiento de la selva y sus tácticas de supervivencia para resistir las amenazas externas. Esta resistencia les permitió conservar su identidad cultural y su autonomía.
El contacto sostenido con el mundo exterior comenzó en la década de 1960. Esto pronto provocó conflictos, ya que atacaron a los recién llegados con arcos y flechas, y secuestraron a sus mujeres, como era práctica tradicional en la guerra Matse, para asimilarlos a su tribu.
La respuesta del gobierno peruano fue bombardear sus pueblos con napalm (1964) y enviar al ejército a "pacificar" la zona, obligando a los matses a acercarse y cruzar la frontera brasileña.
Las relaciones mejoraron gradualmente, con la aceptación por parte de los Matse de dos SIL Internacional misioneros que aprendían la lengua, con la intención de traducir la Biblia, y les animaba a desistir de la práctica del secuestro de mujeres.
a través de las interacciones con misioneros y funcionarios del gobierno. Aunque esto trajo consigo algunas comodidades modernas, también introdujo enfermedades que redujeron considerablemente su población. A pesar de estas dificultades, los matsés se han mantenido firmes en la preservación de sus conocimientos tradicionales y su modo de vida.
Guía de la Reserva Nacional de Matses
La Reserva Nacional de Matses ocupa una superficie de 4.206 km² (420.735 hectáreas) en la región de Provincia de Loreto, y forma parte de un corredor biológico transfronterizo con el Parque Nacional de la Sierra del Divisor en Perú y el Sierra del Divisor, Alto Jurua, y Alto Tarauaca reservas en Brasil.
Historia de la Reserva Nacional de Matses:
Uno de los objetivos declarados de la Reserva, cuando se creó en 2009, era permitir que los indígenas -los Matses (también conocido a veces como Mayoruna) - seguir viviendo de forma tradicional, adaptados al entorno selvático que han llamado hogar durante siglos, y explotando sus recursos de forma sostenible.
La zona donde vivían los matses fue declarada "reserva comunal" en 1998. Pero la presión de las petroleras, deseosas de perforar la zona, continuó.
En 2007, los líderes Matses rechazaron un avance de PetroPerú explorar su territorio, amenazando con denegar la entrada, con violencia si es necesario, a su personal.
Este fue el catalizador para la creación de la reserva nacional, que se convirtió en ley dos años después. Pero las presiones de petroleras, madereros y agricultores continuaron.
En 2012, en respuesta a la concesión de permisos de exploración a una empresa petrolera canadiense, otras 60.059 hectáreas de tierras Matses, en la cabecera del Chobayacu y Yaquerana ríos, fue adquirida y protegida como Reserva Comunal.